Cómo manejar la primera etapa del duelo
AUTOR: TOMÁS BETÍN
El duelo es un proceso natural que todos experimentamos cuando perdemos a alguien o algo importante en nuestra vida. El duelo tiene varias etapas, y la primera de ellas es la negación. En esta fase, nos cuesta aceptar la realidad y nos aferramos a la esperanza de que todo sea un error o una pesadilla. La negación nos ayuda a amortiguar el impacto emocional de la pérdida, pero también nos impide avanzar y sanar. ¿Cómo podemos manejar la primera etapa del duelo de forma saludable? Aquí te damos algunos consejos:
- Reconoce tus sentimientos. No los reprimas ni los juzgues. Es normal sentir tristeza, rabia, miedo, culpa o confusión. Exprésalos de forma constructiva, ya sea hablando con alguien de confianza, escribiendo un diario, haciendo ejercicio o practicando alguna actividad creativa.
- Busca apoyo. No estás solo ni sola en este momento difícil. Pide ayuda a tus familiares, amigos, profesionales o grupos de apoyo que te puedan ofrecer comprensión, consuelo y orientación. No te aísles ni te encierres en ti mismo o ti misma.
- Respeta tu ritmo. No hay un tiempo determinado para superar el duelo. Cada persona lo vive de forma diferente y necesita su propio espacio y tiempo para procesar lo que ha ocurrido. No te presiones ni te compares con los demás. Sé paciente y compasivo contigo mismo o contigo misma.
- Cuida tu salud. El duelo puede afectar tanto a tu salud física como mental. Por eso, es importante que mantengas una alimentación equilibrada, un descanso adecuado y una higiene personal. Evita el consumo de alcohol, drogas o medicamentos que puedan alterar tu estado de ánimo o empeorar tu situación.
- Busca sentido. El duelo no es solo un final, sino también un principio. Es una oportunidad para reevaluar tu vida, tus valores y tus propósitos. Intenta encontrar un sentido positivo a lo que has vivido y aprendido con la persona o la cosa que has perdido. Agradece lo que te ha aportado y honra su memoria.
La primera etapa del duelo es la más difícil, pero no la última. Recuerda que el dolor es parte del amor, y que el amor nunca muere. Con el tiempo, podrás aceptar la realidad y seguir adelante con tu vida, sin olvidar lo que has perdido, pero sin dejar que te impida ser feliz.